Historia

El pueblo de Tiagua tiene una historia bastante antigua. Su actual ubicación en la parte central de la isla, no siempre fue así.

La cercanía de poblados aborígenes, y los yacimientos arqueológicos de la Cueva del Majo, Camino de la Peña,  Buenavista,

El Bebedero, y  Fiquinineo,  son los que dan  origen a este pueblo,   pese a que la ubicación primitiva, según investigaciones,

estaría ubicado en la zona de Fiquinineo.

Las  tormentas  de arena y la erupción  volcánica  de 1585 de  Tehuya o Teaguia  obligaron a las  poblaciones  aborígenes a

abandonar sus primitivos asentamientos. Así lo describe Leonardo Torriani (ingeniero cremonés al servicio del Rey Felipe II),

el cual se encontraba en La Palma cuando se produjo la erupción, existiendo un manuscrito en la Universidad de Coimbra.

También Torriani mencionaba otras variantes del topónimo Tiagua, tales con Tiaga, Tiague, Tyaguha y Tiago, en el que dice

que vió pequeños ríos.

En el archivo histórico de Teguise,  existen  numerosos  manuscritos, en  los cuales se demuestra   el  importante   trabajo

desempeñado por Tiagua en la contención del jable.

En   Tiagua   estaban las más  fértiles
tierras de la isla, y era conocido  como
el granero de Lanzarote, siendo uno de
los primero hacendados Hernán Peraza,
el  cual fue  Alcalde  Mayor de  la  isla,
y uno de los máximos valedores  en  la
salvaguarda de Teguise, documentos y
protocolos  del  mismo, frente a la inva-
sión berberisca de 1618.
El problema del   agua  también  era un
problema   entonces,  a  pesar  de  que
tenían acceso a la “Mareta Bendita”,  y
más conocida  como “Maramoya”, aun-
que  acudían  además a  la Mareta  de
Teguise, por lo cual en 1790 un grupo de vecinos propuso acudir a la limpieza de la Mareta de Teguise, a cambio de arreglar el
camino de Tiagua a La Poceta de Famara, de donde se sacó agua muchos años.

En este pueblo allá por 1845 se cultivaba el tabaco que aparte de abundante, fue de exquisita calidad. En Tiagua se sucedieron

las últimas erupciones volcánicas. A continuación   exponemos lo que fue el Diario  de don  Baltasar Perdomo párroco  de  San

Bartolomé: Reventó el volcán en la isla de Lanzarote el día sábado, 31  de julio de 1824 siendo Alcalde Mayor de  esta  Isla  el

Capitán don Ginés de Castro y Álvarez. El día 29, a las cinco de la mañana se advirtió un terremoto en  muchos  pueblos de la

isla, aunque su movimiento no fue muy grande. El día 30 se oyeron igualmente porción de movimientos subterráneos, así hubo

grandes  porciones de   exalacioncitas, o    fuegos   pequeños, que parecían    relámpagos   rastreros, y por la   mañana en las

inmediaciones de la Casa Cortijo del presbítero don Luis Duarte, algunas pequeñas endijas en la tierra, como asimismo en   las

inmediaciones del camino que viene de Tiagua para esta Villa, y algunas grietas notables, y un movimientos en la tierra   como

que hervía; todo lo que repararon algunos caminantes; y el sábado 31, a las 7 de la mañana se ha visto desde esta Villa Capital,

a una legua de distancia, así al poniente y inmediato al citado camino que va de esta Villa al lugar de Tiagua, en los terrenos de

la Capellanía que goza el   Presbítero don   Luis Duarte, en una   peñita que estaba detrás de las expresadas  casas  del  dicho

presbítero, se levantó un remolino de improviso que suspendió la tierra en figura de una bomba a manga  de agua, y  enseguida

salió de dicha peñita una columna de humo  recto y con violencia; sucesivamente se observó lo mismo en otra  peñita  más  al

Naciente  e  inmediata al  citado camino,  de la cual principió  a salir una   columna de fuego y vomitar lava, la que corría así al

Naciente y dicho camino. Al momento se advirtió que era un volcán,  y el señor Alcalde Mayor dispuso  que se tocara generala:

se tocaron las campanas de la Parroquia en señal de fuego y se dispararon del Castillo de Santa Bárbara los tres cañonazos en

señal de alarma general, para que se reuniesen todos los naturales al   socorro de  los lugares inmediatos al   volcán;  mandó al

momento que pasara a aquel paraje el Caballero Regidor decano don Antonio Barrios, a reconocer el nacimiento de dicho volcán

y sus progresos, y al mismo tiempo para que   auxiliara  con  gente  a los  lugares cercanos que más lo necesitasen; en  efecto

cumpliendo con su deber regresó y dio parte de que el volcán se dirigía... A las ocho y media el  comisionado  civil del lugar  de

Tao, ha dado parte de que a eso de media noche se sintió un gran temblor en aquel lugar, y que continuaron 4 ó 5 menores: que

el humo es menor, sin embargo, que sale por cuatro bocas, pero el ruido solo se advierte más que otros días, en las  dos  horas

que votan el humo, mas el Naciente. El  Alcalde trató de  averiguar de algunas personas  del lugar Tiagua, y aseguran en cuanto

al humo y al ruido, pero no los temblores, que no los han advertido, a pesar de tener guardias a las inmediaciones del volcán.

Continuó todo el día exhalando el humo, con la variedad solamente de más o menos porción, más cargado y  más claro, y  llegó

la noche con los mismos  términos,  pero ha manifestado el  Presbítero don  José Pérez que muy  cerca de  las  nueve  hubo de

advertir  un  temblor  muy perceptible;  continuó así y sin  más novedad que algunas  alteraciones  en el  humo  de más o menos

porción, pero con buen aspecto porque era blanco, y la tarde disminuyó un poco y entró la noche sin ninguna novedad ni progreso.

El día 21 de Agosto amaneció el humo en los mismos términos y con la propia pesadez, y siguió así hasta la tarde  que se  puso

más cargado; y a eso de las cinco abrió algunas grietas en la superficie de la degollada que forma las dos montañas del medio y

poniente, por cuyas grietas echaba algún humo y se oyeron algunos golpes o tumbos en el interior o concavidad, que se  hicieron

muy notables, y con esta novedad anocheció. El día 22 amaneció con abundancia de humo cargado  y fétido y  a  las  siete de la

mañana  principió a echar agua con alguna abundancia por las nuevas grietas y por otras que se abrían, la cual se dirigía o bajaba

de la citada degollada por la parte de S. en cantidad que las piedras, arena y cascajo de que se formaba la montaña volcánica  no

era bastante para absorberla e impedir que corriese, pero, sin embargo, no fue tan abundante que pudo retirarse de la falda sin ser

filtrada o consumida por las arenas. El Alcalde pasó al volcán y examinó personalmente todos los efectos del agua y encontró que

era demasiado salada, y según puede comprender juzga sea producida por los efectos del mucho vapor, pues habiendo subido a la

grande boca o caldera por donde  sale la gran  columna de  humo y  algunas  piedras menudas  ha  visto  que  ésta está  muy bien

formada, redonda y en figura de una media tinaja, muy igual sus paredes, y que el continuo batir del humo en ellas le  hacen  echar

por todas partes a su alrededor bastante agua que volvía a caer dentro, y que por la parte norte también escurría alguna  agua  que

volvía a consumirse en la mucha lava que tiene a la falda, y observó también que por muchas partes de la superficie de la montaña

salía humo y de él mismo, agua en más o menos cantidad según que el humo salí porque las montañas estaban   por  lo  más  alto

cubiertas en parte de diferentes colores, como un campo de yerbas floridas, y en algunas partes unas grandes grietas por las cuales

es imposible pasar; que hizo llenar unas botellas en las mismas grietas, del agua que salía, para   remitir  a  Santa Cruz y a Canaria,

bien  lacradas,  para que  hiciesen experimentos  químicos.  El día 29 amaneció  el  humo  en  mayor  porción  que ayer y a eso del

mediodía se oyó un gran ruido hacia la parte media de la isla, sobre el poniente y una gran explosión y sin haber precedido terremoto,

temblor ni otra señal, se presentó una nuevas erupción hacia la parte entre el pueblo de Tinajo y el de Yaiza, cuyo humo  advirtió  en

el puerto de Arrecife. La lava líquida que excedía su porción al otro, con un ruido tan tremendo que es mayor que el que hace el  mar

cuando está muy violento y embravecido y que sus olas chocan contra alguna roca que tiene concavidades: que forma una  columna

de humo, piedras y arena   que se eleva a las altas nubes, y la arena cae a distancia  de  tres  leguas;  que la lava corre  con  mucha

violencia como si fuera brea o plomo derretido. El 1º de octubre el volcán sigue con la misma bravura y aún más que ayer. A día 4 de

octubre la lava continúa, introduciéndose en el mar, saliendo a las orillas  porción  de  peces  muertos, marisco  y demás, que la  mar

arroja medio guisados porque se calentó en tal extremo el agua que estaba demasiado caliente para el baño. Según el ilustre  geólogo

don Telesforo Bravo, proceden las grietas habidas en el subsuelo por donde penetraron las aguas   del mar,  que,  al hervir,  buscaron

salida por dichas bocas. Tras estas erupciones el Alcalde Mayor demostrando una extraordinaria humanidad entregó todo sus  cauda-

les para que se adquiriera el trigo con que aplacar el hambre surgida en la isla.

Entre 1824 y 1850 la isla y Tiagua en particular vive del negocio de la barrilla, haciendo que muchos de sus  habitantes   consiguieran

un importante auge económico, siendo una de las tierras más preciadas para este producto  la zona  que rodea la ermita de   Nuestra

Señora del Socorro, la cual fue fundada corriendo el siglo XVII, concretamente en el año 1612 por Hernán Peraza y su esposa  María

Franquis.

El 4 de Octubre de 1971 se da a conocer por parte del Presbítero Don Alejandro  Alamo  Suárez, la   concesión de  un  teleclub  para

Tiagua, el cual se edificará años más tarde por los vecinos del pueblo, que sirvió de lugar de reunión  de  los  vecinos  hasta el  2  de

Febrero de 1981, fecha en que se inauguró la actual sede del Centro Socio Cultural El Molino de Tiagua.